Experiencia en policultivo de girasol con leguminosas
Entre 2017 y 2018 realizamos un trabajo de investigación en
la cátedra de oleaginosas cuyo objetivo era observar el comportamiento y
desarrollo de una variedad de girasol en policultivo con leguminosas. Además de
comparar los rendimientos obtenidos en el policultivo (con respecto a los
rendimientos promedio de la zona para monocultivos convencionales) fuimos
observando otros aspectos como por ejemplo el desarrollo de las leguminosas
acompañantes, su poder para suprimir malezas y la dinámica poblacional de estas
últimas. A su vez la cátedra decidió en este caso probar una variedad
tradicional de girasol llamada “Guayacán”, este último aspecto es interesante
de remarcar dado que alrededor del 90% de las áreas cultivadas con girasol en
Argentina son híbridos. Si bien los híbridos suelen expresar muy altos
rendimientos por unidad de superficie (cuando se dan todas las condiciones
ambientales propicias) también limitan la posibilidad de reproducción de
semilla en la finca y guardado por parte del productor debido a que las
características de altos rendimientos van decayendo con las siguientes
generaciones del cultivo, esto puede ser una desventaja para los productores
menos capitalizados debido a que las semillas híbridas suelen ser más caras. A
su vez las variedades tipo tradicionales son más plásticas y adaptables
permitiendo por otro lado que se realice un tipo de selección artificial
in-situ de las semillas por parte de los agricultores.
En si ¿cuál es la idea de hacer un policultivo con
leguminosas?.. el objetivo inmediato y obvio en principio sería utilizar las
leguminosas (en este caso trébol y vicia) como una cobertura o “mulch” vivo
para suprimir la aparición de malezas en los momentos iniciales del cultivo,
pero además las leguminosas aportan otros beneficios al al sistema productivo
permitiendo en el mediano y largo plazo incorporar nitrógeno al agroecosistema
recomponiendo la fertilidad del suelo además de aportar mayor biodiversidad
funcional incrementando las posibilidades de control biológico natural de
plagas.
Esta experiencia comenzó en el mes de septiembre iniciando
el cultivo con una labranza convencional con rastra de discos y sembrando
posteriormente el girasol en conjunto con las leguminosas. Se hicieron tres
parcelas: una de girasol en policultivo con trébol rojo, otra con vicia y una
tercera testigo (monocultivo de girasol).
Si bien en experiencias anteriores la cátedra tuvo éxito en
el establecimiento inicial de las leguminosas, en este caso puntual tuvimos
problemas durante la implantación de las mismas, estas no germinaron
correctamente tardando mucho en hacerlo, esto probablemente se debió a una
incorrecta elección del método de siembra de la leguminosa y a la falta de
lluvias que hubo en los meses de inicio del policultivo. Por este motivo
estuvimos muy atentos al desarrollo de las malezas para que no compitan con el
cultivo llegando a considerar en hacer una pasada con escardillo, finalmente no
hicimos ningún control, las malezas no desarrollaron mucho y el cultivo pudo
pasar su periodo crítico inicial sin problemas hasta su elongación (momento en
donde el girasol comienza a ser más competitivo por aumentar su altura y canopeo
de manera exponencial).
Malezas en etapas iniciales del cultivo |
Vicias y malezas creciendo debajo de los girasoles elongados |
Trébol creciendo debajo de los girasoles elongados |
Girasol llegando a madurez y malezas secas por el estrés térmico. |
Una vez que el cultivo cerró el entresurco el sombreo
provocado por su canopeo y hojas produjo que el desarrollo de malezas se
redujera observando una marcada diferencia en el enmalezamiento debajo del
cultivo y por fuera del mismo. A pesar de esto todavía había más cantidad de
malezas que de leguminosas debajo del cultivo estando muy lejos estas últimas
de desarrollar una cobertura uniforme. Frente a este panorama tan desolador
creí que las malezas nos iban a tapar, pero con la llegada de las altas
temperaturas cercanas a febrero la mayoría de las malezas sufrieron el estrés
térmico y redujeron su población dándole
mayor ventaja comparativa al posterior desarrollo de las leguminosas, esto a su
vez permitió poner de manifiesto la habilidad de la variedad de girasol para
soportar las sequías y las temperaturas altas una vez establecido.
Hacia el final del cultivo el girasol comienza a secarse
reduciendo el sombreo, esto sumado a su cosecha significa un incremento en la
cantidad de luz solar que llega al suelo, este cambio en el ambiente por debajo
del cultivo reactivó el desarrollo de las leguminosas permitiendoles
establecerse y logrando finalmente una mejor cobertura. Este incremento de biomasa
de leguminosas luego de la cosecha además de ayudar a controlar malezas para el
próximo cultivo también puede mejorar el valor nutricional del rastrojo en caso
de que quiera utilizarse el lote para su pastoreo posterior.
Cobertura de trébol creciendo hacia el final del cultivo |
Cobertura de trébol creciendo hacia el final del cultivo |
Cobertura de vicia creciendo hacia el final del cultivo |
Cobertura de vicia creciendo hacia el final del cultivo |
En cuanto a los rendimientos estuvieron entre los más altos
comparados con los rendimientos de la región (alrededor de los 5000 kg/ha) no habiéndose
observado diferencias significativas entre los rendimientos del policultivo y
el monocultivo de girasol. Esto quiere decir que por un lado la presencia de
leguminosas en el cultivo no afectaría los rendimientos y que a su vez la existencia
de algunas malezas fuera de los periodos críticos para el cultivo tampoco tendría
un impacto notable. También podemos observar que se puede llegar a rendimientos
más que aceptables con variedades de girasol más tradicionales.
Para resumir entonces, mis conclusiones y observaciones finales fueron las siguientes:
- Con la utilizando variedades de polinización abierta también
puede llegarse a rendimientos interesantes.
- Las variedades tradicionales tienen una genética que les
permite soportar mejor el estrés ambiental.
- Que no es necesaria la erradicación total de las malezas,
simplemente hay que tener en cuenta los momentos críticos en donde el cultivo
es más susceptible a su presencia. Para esto tambien es muy importante observar
y tener en cuenta la dinamica de las malezas a lo largo del tiempo.
- Que inclusive con baja presencia de leguminosas estas pueden
ejercer un efecto supresor de las malezas (en este caso el trébol rojo fue el más
efectivo).
- Como medidas de control de malezas para evitar la utilización
de herbicidas pueden considerarse los controles mecánicos puntuales (a la
manera conservacionista) sin la necesidad de las labranzas excesivas y sin volteo de suelo. En este
caso se consideró hacer una pasada de escardillo en momentos iniciales del cultivo
y luego de la cosecha un corte con segadora para corta las malezas florecidas y
asi disminuir el banco de semillas en el suelo.
- Como ultima observación considero que este tipo de
experiencias solo podrán realizarse con éxito en el largo plazo y en módulos destinados a un manejo exclusivamente agroecológico.
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